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MONOGRAFÍAS RELACIONADAS CON ESTE BLOQUE:
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Secuencias cinematográficas:
El último cuplé/Juan de Orduña (1957)
Aquellos tiempos del cuplé/Mateo Cano y J.L. Merino (1958)
La Coquito/Pedro Masó (1977)
Audios:
Página específica en esta misma serie
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Galería de retratos incluida en una página de esta misma serie

Antonio García Megía

Selección de textos de canciones

BELLA OTERO

La fille du tambour major (Música: Jacques Offenbach)

Que m’importe un titre éclatant,
Le luxe dont on m’environne,
Pour un destin bien moins brillant!
Sans regrets je les abandonne!
Non, désormais, je ne suis plus
Une noble et riche héritière,
J’ai troqué ces dons superflus
Pour l’humble habit de cantinière!
¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!
Je suis mamzelle Monthabor,
La fille du tambour-major!

Je vous le dis bien franchement,
Parmi vous j’étais mal à l’aise,
Car je sens sous ce vêtement
Battre le cœur d’une Française!
Voici mes vrais, mes seuls amis,
Je m’enrôle sous leur bannière,
C’est le drapeau de mon pays
Et nom d’un’pipe, j’en suis fière!
¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!
Je suis mam’zelle Monthabor,
La fille du tambour-major!

FORNARINA

La llave
La bellísima Asunción
se escapó de la pensión
al llegar el carnaval
y vestida de bebé
una noche al baile fue,
decidida a divertirse y a gozar.
Un pollito que la vio
para el chotis la invitó
y salieron a bailar,
pero mientras que bailaba,
como tanto la apretaba,
sin querer la lastimaba el animal.

¡Suélteme usted,
decía medio ahogada Asunción,
porque me aprieta
y me va usted haciendo un daño atroz!
¡Sáquese usted esa llave
tan grande y feroz
que lleva ahí
en el bolsillo del pantalón!

Acabaron de bailar
y se fueron a cenar
el pollito y Asunción,
y entre el baile y el charlar
y las risas y el champán,
la muchacha sin querer se mareó.
Y él queriendo aprovechar
la besaba sin cesar
y juraba eterno amor
y al llegar a la habanera
la invitó para que fuera
a dar otra vueltecita en el salón.

¡Suélteme usted…!

El sátiro de ABC (Fragmento)
Dicen que hay un sátiro ahora aquí,
según leí ayer en el ABC,
que a cuantos encuentra por ahí
hace ver no sé qué.
Yo sé de varias chicas de mi edad
que están rabiando de curiosidad
y en cuanto ven a un hombre por ahí
quisieran preguntarle así:

¿Me quiere usted decir
si por acaso usted
el sátiro es
del que hablaba ayer el ABC?
Debajo del gabán
no lleva nada más
que el traje de Adán.
Y en cuanto encuentra a una mujer
le enseña todo y echa a correr.

Desde que la noticia leí
pienso con temor si le encontraré
y si miro a un hombre, digo así:
Cielos, ¿si será él…?
Aquel de la butaca que está allí,
a ver, usted ¿por qué se oculta así?
Quién sabe si el infame será usted,
arrímese y respóndame:

¿Me quiere usted decir…?

TERESITA CALVÓ

Abajo las faldas
[Recitado]


Abajo las faldas. Conferencia feminista. Compañeras y sexo feo: ¡Abajo las faldas! Ese es el título de la conferencia que voy a desarrollar. Ya sabéis que las mujeres, en eso del desarrollo, estamos fuertes. Supongo que habréis comprendido que abajo las faldas no es lo mismo que las faldas abajo. Abajo las faldas es un grito de guerra, y las faldas abajo es un grito de placer. Hago esta aclaración, respetable auditorio, porque no me gusta calumniar. Calumnia, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es lo que se les levanta a los hombres. Se conoce que el diccionario fue escrito por nuestros enemigos, los hombres, pues de las mujeres no dice nada, siendo así que nosotros somos quienes las levantamos… ¡la calumnia!, se entiende. Permitidme que, antes de seguir adelante, os suplique que no veáis ningún doble sentido en mis palabras. Y digo esto porque hoy en día la sociedad está tan pervertida que todo el mundo encuentra doble intención en las palabras más inocentes. Sin ir más lejos, el otro día vino el carpintero a mi casa para arreglarme la puerta. Al poco rato de estar trabajando le oí quejarse lastimosamente. Al preguntarle qué tenía, me enseñó un dedo cubierto de sangre. El pobre, me explicó, que al meter el dedo en la cerradura se encontró cogido y se hizo sangre. Enseguida le puse una venda, y él suspirando decía: Por Dios, señorita, que me la pone usted floja. ¡Apriete más! La cosa no podía ser más inocente, socorrer a los enfermos es una obra de misericordia. Pues bien, mi criado que había oído que se le había puesto floja al carpintero, dijo que aquello era una inmoralidad y me dejó plantada. Le digo a ustedes que, a nosotras las mujeres, el sexo feo nos ha tomado tal envidia que a cualquier cosa que decimos le ven enseguida la doble intención. Y si quieren ustedes convencerse, voy a cantarles el tango de moda:
–¡Maestro!
–¿Señorita?
–¡Tóquemelo!
–¿El qué?
–¡El tango, hombre, el tango!
¿Lo ven ustedes?

[Cantado]
Toma candela así, si tú me quieres a mí.
Ven niño mío, que estoy muy loca por ti.
Ven a mi vera, mi amor,
yo me siento morir de rubor,
y ahí en tus labios enamorados, ahí
¡Ahí!
Un beso de gran pasión

GOYA

Rosa de fuego
Rosa de Fuego, los hombres la llamaban
porque sus labios quemaban al besar,
y eran sus ojos dos ascuas que abrasaban
y era un peligro su amor ambicionar.
Cuantos lograron, por ella ser mirados
y de sus labios bebieron el placer,
todos quedaron como carbonizados
entre los brazos de tan bella mujer…
Rosa de Fuego, feliz vivía,
Rosa de Fuego, se divertía,
hasta tenía vanidad de su diabólica maldad…
Rosa de Fuego, los arruinaba
Rosa de Fuego, los calcinaba,
y al ver sus víctimas caer…, se reía la mujer…
Mas cierto día, cruzose en su camino
un hombre frío, de hielo el corazón,
Rosa de Fuego luchó contra su sino
e inútilmente jugó con su pasión.
El hombre aquel, de sangre de serpiente,
de su mirada el fuego resistió,
y de sus labios aquel beso candente
se dominaba y esclava se encontró…
Rosa de Fuego, ya no reía
Rosa de Fuego, se consumía,
Se le abrasaba el corazón en el volcán de su pasión.
Y el hombre frío, la despreciaba
Y el hombre frío, la maltrataba,
Rosa de Fuego aún al morir…, lo sentía reír…

Ven y ven
A las rocas de mi tierra
de ponderarlas se acaba
yo puedo si ustedes quieren, mi vida,
decidles lo que he ensayado

Ven y ven y ven,
chiquillo vente conmigo,
no quiero para pegarte, mi vida,
ya sabes pa' lo que digo.

Porque canto el ven y ven
se quejan muchas esposas
de que luego sus maridos, mi vida,
en casa las llamen sosas.

Ven y ven y ven…

Hemos tenido este invierno,
epidemias a granel,
pero ninguna tan grave, mi vida,
como la del ven y ven.

Ven y ven y ven…

CHELITO

La chula tanguista
(Vino tinto con sifón)

¿No habéis observado lo que pasa hoy
de noche en los soupers?
Van cuatro pollitos que no valen na,
la gracia está en los pies.
Con unos zapatos de charol cuarteaos
la flor en el ojal,
si se acerca una gachí
que le da por alternar,
hay gachó que se desmaya
si pide champán.

Yo no sé pedir coñac,
ni chartrés, ni cuantró, ni champán.
¡Vino tinto con sifón!
Vaya usted al cabaret,
vaya usted, verá usted lo que ve:
¡cómo bailan el fox trot!

Van unos abuelos a la Pompadour
que gastan bisoñé
y, aunque son más pelmas que Muley-Hafid ,
abillan el parné.
Agua de solares piden de beber,
si acaso pipermán
y no sabes lo que hacer
si te sacan a bailar
porque tienen la barriga
como un sidecar.

Yo no sé pedir coñac, […]
ni chartrés, ni cuantró, ni champán.

RAQUEL MELLER

¡Ay, Cipriano!
Tengo un novio cajista de imprenta
que vale más que pesa
y que es muy ilustrao.
Y bailando me dice unas cosas
que a Dios le vuelve loco
porque es muy resalao.
Por el chotis se vuelve mochales
y se lo marca a izquierda
muy chulo y muy barriao.
Y bailando tie el chico más gracia
que pueda tener la sabia
de la Pardo Bazán:
Es un truhán…

Pero a veces se propasa el muy ladrón
y he tenido que llamarle la atención.
¡Ay, Cipriano, Cipriano, Cipriano…
no bajes más la mano, no seas exagerao!
Si no bailas con más comedimiento,
al primer movimiento…, ¡te las ganao!

La otra noche
bailando en la Bombi
por mor del valdepeñas se puso muy pesao.
Y por menos del canto de un duro
con él armaron bronca
el Minei y el Pelao.
Tie el defecto de tener un pronto
que si no le sujetas es una tempestad.
Pero el genio
se le fue calmando
y seguimos bailando
y allí no pasó na.
Es la verdad…

Pero a veces se propasa el muy ladrón
y he tenido que llamarle la atención.
¡Ay, Cipriano, Cipriano, Cipriano…
ya vuelves con la mano, mira tú que estás pesao!
Si no bailas con más comedimiento,
al primer movimiento…
¡ya te he plantao!

Flor de Té
Flor de Té es una linda zagala
que a esos valles ha poco llegó.
Nadie sabe de dónde ha venido,
ni cuál es su nombre ni dónde nació.
La acompaña un gentil zagalillo
que le ofrece su amor y su fe
y, por él sólo, sabe la gente
que dice al nombrarla:
Flor de Té, Flor de Té.
Y así cuentan que dijo el pastor,
al pintar a la niña su amor:
Flor de Té, Flor de Té,
no desdeñes mi amor,
que contigo es la vida un encanto
y sin ti es un dolor.
No te alejes de mí,
que vivir no podré
si me falta la luz de tus ojos,
Flor de Té, Flor de Té…
Una tarde el señor del castillo,
que de caza a sus montes salió,
al volver del camino un recodo,
mirando a la niña, prendado quedó.
Y al pedir a la hermosa su nombre,
ella dijo: Señor, no lo sé.
El zagal que es mi fiel
compañero me dice al nombrarme:
Flor de Té, Flor de Té.
Y así cuentan que dijo el señor
al pintar a la niña su amor:
Flor de Té, Flor de Té,
rostro igual nunca vi;
contemplando esos ojos divinos
diera el reino por ti.
Desde hoy sin tu amor
ya vivir no podré,
yo te ofrezco riquezas y honores,
Flor de Té…
Desde entonces ya nadie a la niña
por los valles a verla volvió,
y se dice que allí en el castillo
de reina y señora un trono encontró.
Y aseguran que al pie de los muros,
por la noche vagando se ve
al zagal que en su inmensa amargura
así va exclamando,
¡Flor de Té, Flor de Té!
Así cuentan que dice el pastor angustiado
al cantar su dolor:
Flor de Té, Flor de Té,
¿por qué huiste de mí?
Sin tu amor ya no quiero la vida,
yo no vivo sin ti.
Pobre ciego de amor
en tinieblas quedé,
al faltarme la luz de tus ojos:
Flor de Té, Flor de Té.

ARGENTINITA

¡Venga alegría!
Porque me gusta bailar,
y mi novio se enteró,
cuando me iba yo a casar,
el bandido me dejó,
¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!,
que afición tan singular,
un marido me costó.

Mas él que no sabe querer,
no se puede figurar,
lo que sufre una mujer,
lo que tiene que llorar,
¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!,
si la dejan de querer
por foxtrotear.

Sola en la vida,
soltera y sola en la vida,
por una mala partida.
¡Ladrón!¡Quiero a morir!¡No!
Venga alegría,
señores, venga alegría,
quiero bailar.

Alguien le dijo a mi amor,
si la quieres encontrar,
ten un poco de valor,
y la vas a ver bailar,
¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!,
de demonio tentador,
te tendrás que disfrazar.

Y disfrazado se fue,
de demonio tentador,
y enseguida que acerté,
la careta se quitó,
¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!,
y de rabia que me dio,
me endemonié.

Sola en la vida, […]

¡No!
Venga alegría,
señores, venga alegría,
quiero bailar.

PASTORA IMPERIO

«Ca» uno lo suyo
Un señor extranjero muy estirado
de tierra, según me han dicho del bacalado
vino a verme a mi casa porque quería
que a su hija enseñara las bulerías.

[Recitado]


Bueno, hoy he enseñado la primer lección. ¡Está la niña catastrófica! Cuando le he dicho: «Menéate así los brazos, hija», empezó a dar vueltas con ellos que parecía un ventilador que se había vuelto loco. Tanto, que me cargó la mandanga de la niña que le dije:

[Cantado]
Venga gracia pajolera,
y ve la gracia gitana,
pa bailar por bulerías
no hay más que la sevillana.
Y ella muy seria me dijo «yes»
y yo le dije mala puñalá te den.
Luego me dijo el pare con cortesía
que almorzara con ellos si yo quería,
yo le dije que bueno y en un instante,
los tres nos trasladamos al restaurante.
[Recitado]


Bueno, y en el restaurante fue donde empezó frita paredón. ¡Pasé lo mío un ratillo largo! Lo primero que me dieron fue una sopita con cachitos de carbón. Después me dieron un pescao largo, colorao, que le llaman del salomón, y después me dieron un poquito de pavo estucao con unas cosas que yo entiendo como las gomas. ¡Que pasé las negras! En estas y en las otras me dice el extranjis: «Ahora puedes pedir». Y yo digo: ¡Café! ¡Qué me van a dar! ¡Que si quieres uno de esos troncos! Mientras, estaba tocando en la orquesta una tía de dorao que les llaman Los santos una jota como pa cortarle a una la digestión. ¡Tanto, que me cargó mi santa mandanga! Y les dije:

[Cantado]
Venga música española no cosas americanas
Tocarse por bulerías que eso es música cristiana
Y ella muy sería me dijo: «Yes». Y yo le dije:
malos mengues te exageren el moco mala gachí.

GOYITA

Batallón de modistillas
Me dicen que muy pronto, si Dios no media,
tendremos las mujeres que ir a la guerra.
por eso yo señores que soy atroz,
estoy organizando mi batallón.
Batallón de modistillas de lo más retebonito
y lo más jacarandoso que pasea por ahí.
Y ya estamos aprendiendo
la instrucción con entusiasmo,
y muy pronto luciremos nuestro ataque por ahí.
¡Un, dos tres, ahora va bien!
¡Un, dos tres, ahora va bien!
Quiero en mi compañía chicas morenas
pues estas son señores, mujeres buenas.
Que apenas nos reunimos cerca de ti
y os dan la bienvenida con frenesí.
A sacar la bayoneta hasta verlos rendidos
y cortarles la cabeza a los que pidan perdón
Es lo que nos proponemos al cumplir nuestro deber
y al dejarles sin cabeza ya no nos podrán vencer.
¡Un, dos tres, ahora va bien!
¡Un, dos tres, ahora va bien!
Lo pollos de delante piensan en guasa
llevar a las muchachas a retaguardia,
mas yo pienso señores, ¡tendrán razón!,
y delante estarían mucho mejor.
Ya verán con qué entusiasmo
mando yo mi compañía
y las hago entrar en juego y rabiosas pelear.
Y si los chicos son listos
y las chicas no son tontas,
al final de la campaña
volveremos muchos más
¡Un, dos tres, ahora va bien!
¡Un, dos tres, ahora va bien!

Amor de muñecos
Un polichinela que estaba colgado
entre los muñecos de un lindo bazar
de una muñequita quedose prendado
al verla de novia con ramo de azar.
Y la muñequita, caídos los brazos
siempre indiferente se muestra a su amor
y el polichinela contempla anhelante
aquellas mejillas de rojo color.

Y dicen que en las horas de la noche
en el silencio del bazar
se oyen suspiros amorosos
que da el polichinela sin cesar

También los muñecos lloran
del pastor al arlequín
que sienten también pasiones
sus cuerpecitos de serrín.

De la muñequita también se ha prendado
un bravo soldado de aire muy marcial
que luce uniforme de azul y encarnado
con muchos botones de limpio metal.
Y la muñequita, caídos los brazos
y los ojos fijos en el mal de aquel,
con su largo velo y sus lindos lazos
al soldado ofrece su luna de miel.

Y dicen que en las horas de la noche
en el silencio del bazar
llorando está el polichinela
al ver que le desbanca el militar.

También los muñecos lloran
del pastor al arlequín…

Dicen que una noche un gatito negro
que de ratas limpio deja el gran bazar
de un tirón furioso descolgó a la novia
y al suelo tras ella se fue el militar
y al día siguiente hallaron las gentes
roto en mil pedazos el idilio aquel
y el velo en jirones del clavo pendiente
y azares marchitos sin luna de miel.
Y dicen que en las horas de la noche
en el silencio del bazar
el gato al buen polichinela
sonríe malicioso sin cesar.

También los muñecos ríen…

CARMEN FLORES

Guasa viva
[Cantado]
Soy una guasona desde chiquitilla
y soy más alegre que una seguirilla,
y es que, hasta el momento,
no sé que me pasa
que hasta lo más serio
lo tomo yo a guasa.
¿Qué eso está muy mal?
¡Ya lo sé, pero me es igual!
Si alguno se enfada
y mi cuerpo nota que quiere una gresca,
yo le suelto al punto
cuatro chirigotas y me queo tan fresca.

Y si se molestan, ellos pierden más,
tiren por arriba, tiren por abajo,
tiren por delante, tiren por detrás.
[Recitado]


¡Válgame la Macarena y el señor Mercé! Desde que me levanto hasta que me acuesto siento por to mi cuerpo una aguachirle tan grande y una alegría tan dulce que pa mí las penas están de más. ¡Bueno, con decirle a usted que hasta cuando me pongo a decir la letanía me equivoco y en lugar de decir ora pro nobis, digo ole con ole! ¡Esto no tie remedio!

[Cantado]
Guasa viva, vaya guasa,
¡como me chungueo de to lo que pasa!
Y nadie se extraña
de que yo saliera tan chirigotera,
ya dijo mi madre cuando me parió,
¡y si me critican mejor que mejor!

Cuando algún mocito quiere pretenderme,
en tomarle el pelo suelo entretenerme,
pero al darse cuenta de esa guasa mía,
lleno de coraje sale de estampía.
Que eso está mu mal, ¡ya lo sé!,
pero me es igual.
Si alguno me dice
que se está muriendo por mi personilla,
yo, con mucha guasa,
le digo riendo: ¡Que te den morcilla!

Y si se molestan, ellos pierden más, […]

[Recitado]


Bueno, a mi mare to se le vuelve decir: ¡Chiquilla, mira que esto va siendo mucha guasa y me paece que te vas a quedar pa vestir santos! Pero es lo que yo digo: ¿Qué es el matrimonio? ¡Na, una pura guasa! ¡Bueno, y si encima te eliges un marío borracho y te hace un chiquillo, menuda guasa que tie la cosa! ¡Vamos, hombre, que no me caso! ¡Primero me hago volcheviki!

[Cantado]
Guasa viva, vaya guasa,
¡como me chungueo de to lo que pasa! […]

Me dijo la Patro que a su maridito
pensaba obsequiarle con algo bonito,
y yo fui y la dije: ¡Si es pa tu marío,
cómprale un cencerro que está bien servío!
Que eso está mu mal, ya lo sé, pero me es igual.

Si alguno de ustedes nota
que algún día dejo de reírme
ya puede ir diciendo que es cosa perdía,
que voy a morirme.

Pero lo que es eso, no sucederá […]

BELLA DORITA

La vaselina
Estoy muy sobresaltada
porque ya se acerca el día
que del brazo de mi novio
entraré en la vicaría.
Ya me han encargado el traje
que es de encaje y seda fina
y mama para ir de viaje
me ha comprado vaselina.
Todos me aseguran que medida tal
es muy conveniente para no andar mal.

Pero soy tan inocente
que no acierto a comprender
para qué es la vaselina
ni en qué sitio la pondré.
Si usted ya lo sabe
me debe explicar
si el día de bodas
se debe de usar.

Aseguran mis amigas
las viuditas y casadas
que poniendo vaselina
no se nota casi nada.
Y ayer dijo mi familia
que en el día de la boda
como nunca fue a la iglesia
que tampoco entrará toda.
Y como a la fuerza
no debe de ser
veré si con maña
la puedo meter.

Pero soy tan inocente […]

Poco a poco
Fui la otra mañana a comprarme guantes
en una lujosa y fina guantería.
Vino el dependiente, mozo muy galante
y sirviome al punto lo que yo quería.
Al ir a probarme me dijo el mancebo:
Déjeme señora yo se lo pondré.
Y con tanto agrado empezó a meterlo
y al verlo nervioso así le exclamé:

Poco a poco, por favor, y apretando sin cesar,
con dulzura y sin temor que me puedes lastimar.
¡Sigue, sigue, aprieta así!
¡Un poquito, anda vida, un poco más!
¡Que ya notas, falta poco! ¡Ay!
¡Basta, basta, que ya está!

Cuando me marchaba
vino una pareja en viaje de novios.
Vino aquí a esta vida,
él muy sofocado, ella muy inquieta
eligió unos guantes piel de cabritilla.
Y él todo nervioso y precipitado
a ponerla el guante la quiso ayudar,
Mas mostrose torpe en su cometido,
y ella dando un grito tuvo que exclamar:

Poco a poco, por favor, y apretando sin cesar, […]

CELIA GÁMEZ

Y tenía un lunar
Luciendo su silueta elegante
por la avenida pasa triunfante.
Me ofrecí gustoso a acompañarla
y aunque me dijo ¡no!, se sonrió,
y con cuatro o cinco frases la chica se convenció.

Aquella chica era de lo más morocotú,
tenía unos ojazos negros,
una nariz, una boquita y…

Y tenía un lunar en la mejilla
que al verlo me hizo exclamar ¡qué maravilla!
Y yo en noruego de loco embeleso,
sobre el lunar estampe pronto un beso.

Y tenía un lunar en la mejilla
que al verlo me hizo exclamar ¡qué maravilla!
No hay en el mundo nada que pueda igualar
a la hermosura de aquel lunar.

Cuando comprendí que yo era el dueño
de aquella chica que era un ensueño,
como dos viejos enamorados
nos fuimos a cenar al restaurant,
Y al sentarnos a la mesa el abrigo le quité:

¡Ay, mi mama!

Y al caer el abrigo me vi sorprendido
por un hermoso hombro blanco y…

Y tenía un lunar, mismo en el hombro
que casi me hace quedar mudo de asombro.
Y yo en noruego de loco embeleso,
sobre el lunar estampe pronto un beso.

Y tenía un lunar, mismo en el hombro
que casi me hace quedar mudo de asombro.

No hay en el mundo nada que pueda igualar
a la hermosura de aquel lunar.

La novia
Con todo lo que una novia
debe a la boda llevar,
a unirme fui a mi elegido ll
evando el vestido, el velo y azahar.
Pero mi novio que es hombre
que todo lo encuentra mal,
por no sé qué tontería que yo no tenía,
se fue sin casar.

¡Ah!
¡Qué noche, qué noche me espera!
¡Ay que noche me voy a pasar!
¡Ay, pensar que de nada han servido
el velo, el vestido y el ramo de azahar!
Y no se fue por la dote,
que bien les puedo probar,
que yo estoy tan bien dotada,
vestida y calzada como la que más.
Y de él, en cambio,
presumo que me quería engañar,
porque, si no me equivoco,
llevaba muy poco de particular.
¡Ah!
¡Qué noche, qué noche me espera!
¡Ay que noche me voy a pasar!
¡Ay, pensar que de nada han servido el velo,
el vestido y el ramo de azahar!

NOTA: La BIBLIOGRAFÍA referenciada se detalla en la última página de esta serie.

IMPORTANTE: Acerca de la bibliografía.
Toda referencia no detallada en texto o en nota a pie, se encuentra desarrollada en su integridad en la Bibliografía General.

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