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Popper nació el 28 de Julio de 1902 en Himmenlhof en Ober St. Veit en Viena, de padres eran judíos convertidos al protestantismo. Las inquietudes filosóficas y sociales de Popper estuvieron presentes desde muy pequeño en parte por influencia de su padre que era abogado, hombre culto y comprometido con los problemas sociales. A partir de 1917 Popper estuvo involucrado activamente en la política progresista e incluso se consideró comunista por un breve periodo de tiempo, ya que dos años más tarde Popper rechazó el marxismo después de presenciar una matanza de manifestantes desarmados por parte de la policía. Sintió repugnancia ante una doctrina que llevaba a sacrificar vidas ajenas en aras de unos ideales abstractos1.

En 1918 Popper abandonó el hogar paterno y la escuela secundaria para estudiar en la Universidad de Viena como alumno no matriculado. Entre sus profesores estuvieron Hahn, Menger, Bühler, Gomperz y Schlick. La caída del Imperio austriaco y las consecuencias de la primera Guerra Mundial en Viena destruyeron el mundo en que Popper había crecido y como él mismo relata: «la guerra terminó y la revolución me incitó a armar mi propia revolución privada»2.
Popper hacía compatible el estudio con el desarrollo de otras actividades: intentó convertirse en trabajador manual y fue aprendiz de carpintero pero al poco tiempo se convenció que estaba mejor dotado para el trabajo intelectual. Trabajó en la clínica para niños dirigida por Adler y más adelante colaboró como trabajador social con niños abandonados. En 1923 obtuvo el certificado de profesor de escuela primaria. En 1925 se dio cuenta que las circunstancias en Austria no le permitirían obtener una posición oficial en la universidad y decidió preparase para obtener un puesto en la escuela pública. A lo anterior se unía el entusiasmo por la reforma educativa que se desarrollaba desde el Instituto Pedagógico y en la que Popper tomó parte3. En 1928 obtuvo el doctorado con una tesis Sobre el problema del método en la psicología del pensamiento.
Aunque algunas teorías psicológicas del momento le resultaban atractivas Popper llegó a la conclusión de que la lógica era la clave para comprender la psicología y no al contrario. El conocimiento científico, aun siendo una creación humana, es algo objetivo y debe ser analizado en términos objetivos4.
Desde 1919 la comparación entre la relatividad general con las doctrinas pseudocientíficas —como el marxismo y el psicoanálisis— le llevaron a la conclusión de que lo que distingue a las mejores teorías científicas no es que sean siempre confirmadas por la experiencia, sino que son siempre desafiadas por la experiencia que las somete al riesgo de la falsificación. Consideró que la actitud de Einstein era la clave de la actitud crítica o científica que faltaban al marxismo y al psicoanálisis5.
Según la epistemología de Popper todo conocimiento tanto el ordinario como el científico avanza según el mismo esquema básico: ante una situación determinada —un problema— se propone una teoría —una conjetura— que se somete a contrastación con la experiencia, y a partir del choque de la teoría con la experiencia se determinarán las sucesivas correcciones que deben introducirse en las teorías —eliminación de error—, creándose así una nueva situación-problema que dará lugar a otro proceso semejante, y así sucesivamente. Popper se consideraba un kantiano no ortodoxo y rechazó la creencia tradicional de que la ciencia avanza mediante un proceso de inducción tanto psicológico como lógico. Popper propuso el método de conjeturas y refutaciones como solución al problema de la inducción, que identificaba como el problema kantiano de cómo se integran los componentes intelectual (a priori) y experiencial (a posteriori) del conocimiento humano. Entre l924 y 1925 Popper sostuvo numerosas conversaciones a este respecto con Julius Kraft6. El rechazo de la inducción no implica escepticismo ya que el conocimiento puede crecer aun cuando no se exija la verificación de las teorías sino sólo su corrección7.
En 1929 Popper obtuvo el certificado de profesor de ciencias en escuela secundaria, continuó desarrollando sus ideas y escribiendo sin descanso. Entre 1930 y 1936 ejerció como profesor de matemáticas y física. En este tiempo conoció a varios miembros del Círculo de Viena con quienes mantuvo contactos regulares e intensos aunque no participó directamente en sus reuniones. Entre los miembros que más trató se encontraban Kraft, Feigl, Frank, Hahn, Menger, von Mises, Waismann, Gödel, Zilsel y principalmente Carnap.
El mejor modo de «localizar» a Popper es verlo como un kantiano reconstruido, y aunque las ideas de Popper acerca de la demarcación y la inducción se habían desarrollado en parte a través de las discusiones con Julius Kraft, como extensión y corrección de las filosofías de Kant8, Fries y Nelson, y no deliberadamente en oposición a las ideas del Círculo de Viena, sabía de sobra que chocaban en muchos puntos con las ideas de los positivistas lógicos. No compartió la reducción que los empiristas lógicos hacían de la filosofía al análisis lógico de la ciencia, ni su empeño por aniquilar la metafísica y la teología como carentes de significado. Rechazó el criterio positivista de verificación y la conexión que establecían entre verificación y significado. Al mismo tiempo existía una notable afinidad entre Popper y los miembros del Círculo en diversos aspectos: el interés central por la filosofía de la ciencia, el papel básico que en la filosofía de la ciencia otorgaban al análisis lógico, la valoración del conocimiento científico como paradigma cognoscitivo —considerándolo en cierto modo como grado supremo del desarrollo del conocimiento—, el agnosticismo religioso. Pero lo que más le atrajo del Círculo, como él mismo explicó, era su actitud ―científica, o como prefería llamarla ―racional9.
Ante la sugerencia de Feigl de publicar sus ideas Popper planeó un enorme trabajo, Die beiden Grundprobleme der Erkenntnistheorie (Los dos problemas fundamentales de la teoría del conocimiento), que fue recortado varias veces y que finalmente se publicó como Logik der Forschung10 en 1934 (con fecha 1935) en la serie de escritos sobre la visión científica del mundo editada por Schlick y Frank.
A raíz de esto Popper se dedicó profesionalmente a la filosofía, aunque el hecho de que su libro apareciese en una colección dedicada a publicaciones de los representantes del positivismo lógico y las afinidades reales que existían ha llevado a algunos a considerarle como un positivista lógico, pero Popper prefería ser considerado como un crítico del Círculo de Viena. El alcance de esta relación en la mente y los escritos de Popper será tema de la siguiente sección11.
En The Logic of Scientific Discovery Popper expone su teoría de la ciencia y su epistemología. Define su posición en debate y contraste con las posiciones del positivismo lógico relativas al significado de las proposiciones y también en debate con la concepción de la ciencia —inductivista y convencionalista— de Poincaré y Duhem12.
En la primera parte del libro se proponen las soluciones de Popper a los dos problemas fundamentales del conocimiento la inducción (sobre la relación que existe entre el conocimiento teórico y la experiencia) y la demarcación (qué distingue la ciencia de la metafísica y también de la lógica y las matemáticas). Popper muestra que ambos problemas convergen: el conocimiento resulta cuando aceptamos proposiciones que describen la experiencia que contradice y por tanto refuta nuestras hipótesis; de esta forma surge una relación deductiva y no inductiva entre el conocimiento teórico y la experiencia, que nos enseña a base de corregir nuestros errores. Sólo las hipótesis falsables por la experiencia deben ser tomadas como científicas.
El falsacionismo de Popper supone un giro de la visión clásica de que la experiencia acumulada conduce a las hipótesis científicas13. Por el contrario, las hipótesis libremente conjeturadas preceden, y son refutadas contra la experiencia. Las hipótesis que sobreviven al proceso de refutación constituyen el conocimiento científico de cada momento14.
Logik der Forschung no fue la primera obra que rechazó el inductivismo y abogó por el método hipotético-deductivo sino que ya lo habían hecho Liebig15 y Bernard16 y Whewell17. Sin embargo Popper fue el primero en afirmar que el carácter hipotético de una teoría es permanente con independencia de la cantidad y la calidad de sus éxitos empíricos. Fue también el primero en confrontar al inductivismo con una metodología alternativa sistemática en la cual la evidencia no juega un papel positivo en el establecimiento de las teorías18.
Popper se empleó sin descanso en el desarrollo de su filosofía y a través del Círculo de Viena empezó a asistir a congresos internacionales, empezando por la conferencia preliminar de Praga en 1934, donde conoció a Tarski, cuya concepción semántica de la verdad fue decisiva para su filosofía. Durante el curso académico 1935-1936 Popper abandonó su posición de profesor para aceptar invitaciones para dictar conferencias en Londres, Cambridge, Oxford, Bruselas, Utrecht y Copenhague19. Ante la dificultad para encontrar una plaza como profesor de universidad y el creciente antisemitismo en Viena a finales de 1936 Popper decidió emigrar e hizo una solicitud como profesor de filosofía en Nueva Zelanda. Su petición dirigida al Departamento de Educación y Filosofía del Canterbury University College, en Christchurch, estuvo acompañada por cartas de recomendación de filósofos y científicos de prestigio que reflejan la variedad y calidad de las aportaciones de Popper en los más variados campos.
La de Bühler afirma que «las investigaciones en la línea de la investigación de Popper prometen un progreso claro para la psicología20». La carta de Russell testifica que el «Dr. Karl Popper es un hombre de gran capacidad que cualquier universidad sería afortunada en contar con él en su claustro»21. La carta de Carnap pondera que Logik der Forschung es «uno de los libros más valiosos en la epistemología de los últimos años»22. La carta de Tarski subraya el dominio de Popper del aparato de la lógica moderna ―por encima de lo común— y la influencia de su análisis del método de investigación tanto entre filósofos como en la comunidad científica23.
En Christchurch, a donde había llegado en 1937, Popper era el único filósofo activo y daba todas las clases de filosofía, colaboró en otros cursos fuera de la universidad y su fama de expositor «brillante, estimulante e inspirador»24 se extendió por todo el país. J. Eccles — futuro premio Nobel— se convirtió por influencia de Popper en uno de los científicos que más abogó por el método de conjeturas y refutaciones.
Al estallar la segunda Guerra Mundial Popper consideró que su contribución en el conflicto desde la distancia sería la de tratar de explicar las bases teóricas del totalitarismo que era la ideología que paralizaba cualquier intento humano de buscar una vida mejor25. Redactó dos libros sobre temas sociopolíticos en los que aplicó su teoría de la ciencia a la historia y a la sociedad y criticó severamente la noción de ley histórica. The Poverty of Historicism apareció primero fragmentariamente en Economica en 1944 y 1945 y se publicó como libro en 1957, contiene las críticas más analíticas y metodológicas al historicismo. En el libro The Open Society and Its Enemies, publicado en 1945, Popper hace una crítica a la filosofía de la historia y de la política y denuncia las tendencias antidemocráticas y anti-críticas de Platón, Hegel y Marx. Popper aplicó su racionalismo crítico a la filosofía política y llevó al estudio de la sociedad el antiautoritarismo radical que había llevado aplicado antes al estudio de la ciencia.
Popper abogó por el pensamiento revolucionario en la ciencia pero se opuso a la actividad revolucionaria en la sociedad y su antiautoritarismo no implicaba el rechazo de la intervención del estado cuando fuese necesario. Así como en el plano teórico Popper sostiene que no pueden alcanzarse verdades definitivas y que el progreso del conocimiento se realiza mediante la crítica de teorías conjeturales, en el plano social propone renunciar a cualquier teoría que pretenda poseer la verdad única acerca de los problemas prácticos evitando así toda postura totalitaria. Una sociedad abierta prudentemente constituida cuenta con instituciones que aseguren que cualquier régimen puede ser expulsado sin violencia26.
Se trasladó a Inglaterra en 1946 donde ocupó una plaza como lecturer de lógica y método científico en la London School of Economics y en 1949 fue promovido a la categoría de profesor. Popper encontró sintonía con Russell y otros pocos filósofos, aunque nunca aceptó la filosofía académica británica, particularmente la filosofía del análisis del lenguaje de moda entonces, ya que consideraba que los problemas no pueden ser resueltos por el análisis del lenguaje sino sólo con ayuda de nuevas ideas27. En 1959 se publicó la primera traducción al inglés de Logik der Forschung bajo el título The Logic of Scientific Discovery incluyendo parte del material escrito a lo largo de los veinte años de pensamiento transcurridos desde la primera edición alemana de 1934. Otra parte se publicó en los tres volúmenes del Postscript: After Twenty Years, que se publicó hasta 1982 y 198328. El trabajo representa la culminación de la filosofía de la ciencia de Popper y contiene nuevos argumentos sobre los problemas de la inducción y la demarcación, una defensa del realismo, una crítica al instrumentalismo y un nuevo argumento contra la identificación del grado de corroboración con la probabilidad.
Las ideas biológicas aparecen ya en las propuestas metodológicas iniciales de Popper, en The Logic of Scientific Discovery compara el aprendizaje por ensayo error al proceso darwiniano de selección natural y la inducción al proceso lamarckinao de instrucción.
A partir de los años sesenta la epistemología de Popper fue adoptando un carácter marcadamente «evolucionista». Subrayó la semejanza entre las fases del aprendizaje mediante la solución de problemas y el desarrollo biológico. Popper consideró que cualquier conocimiento es siempre un proceso que parte de un problema, ensaya soluciones, elimina los errores encontrados y descubre una solución, y esto da lugar, a su vez, al planteamiento de un nuevo problema o de una nueva serie de problemas. Este proceso de reacción a problemas es propio de todos los organismos, que incorporan esquemas en términos de los cuales se enfrentan con problemas. Popper comparó la ciencia a un organismo humano exosomáticamente desarrollado y sujeto a selección no natural sino crítica29.
En 1965 Popper hizo pública su «filosofía de los tres mundos» mediante la que se proponía explicar la libertad humana superando la explicación reduccionista del determinismo físico30. Concibió tres dominios distintos: el físico («Mundo 1»), el mental («Mundo 2») y el de los productos de la actividad mental humana («Mundo 3»), que es producto del «Mundo 2» y actúa sobre el «Mundo 1» y que es donde se encuentra el conocimiento objetivo. El «Mundo 3» es autónomo: las teorías, los problemas, las situaciones problemáticas, las situaciones teóricas y los argumentos críticos tienen propiedades e interrelaciones lógicas de las que carecen sus análogos físicos o mentales.
A través de su teoría de los tres mundos Popper pretendió también explicar su visión de la fase actual de la evolución humana. Una vez que el hombre ha adoptado conscientemente el método crítico, el proceso evolutivo se proyecta en el modo como utiliza sus teorías: el método de ensayo y eliminación de error viene a ser la selección darwiniana proyectada sobre las teorías como medio para conseguir una adaptación cada vez mayor a la realidad.
A partir de estas ideas Popper articuló toda su filosofía en una visión unitaria en clave de evolución emergentista: la aparición del lenguaje humano permite al hombre tener conciencia de la evolución, construir teorías para acercarse a la realidad y criticar esas teorías para mejorarlas y que se acerquen cada vez más a la verdad.
Durante los años sesenta y setenta Popper realizó algunas visitas a Estados Unidos y participó en diversos congresos internacionales y a partir de 1969 se retiró para dedicarse a escribir y dictar conferencias por todo el mundo. Mantuvo siempre vivo el interés los problemas, nuevos y antiguos y una dedicación completa a la búsqueda de la verdad. Con frecuencia hablaba del deber de los intelectuales de ser optimistas aunque no complacientes y les invitaba a adoptar el lema del racionalismo crítico: «puedo estar equivocado y tú puedes estar en lo cierto, y con esfuerzo podemos acercarnos a la verdad»31. Murió en Londres el 17 de septiembre de 199432.
Popper produjo muchos escritos originales y sus libros han tenido numerosas ediciones y traducciones, su archivo ocupa 583 cajas de documentos en la biblioteca de la Hoover Institution en la Universidad de Stanford y recibió numerosas distinciones académicas y civiles.
La obra de Popper ha tenido una gran influencia en la filosofía de la ciencia contemporánea y también ha sido objeto de polémicas y ataques33. Algunos autores han criticado a Popper desde posiciones próximas al empirismo lógico y otros partiendo de posiciones establecidas por él. Buena parte de la «nueva filosofía de la ciencia» —entre cuyos representantes están Lakatos, Kuhn, Feyerabend— puede ser considerada como un desarrollo postpopperiano elaborado en diálogo crítico con Popper.
Luz María Chapa Azuela, La relación crítica de Karl Popper con el Círculo de Viena y Ludwig Wittgenstein, daros e interpretaciones, Tesis doctoral, Pamplona, mayo de 2004, págs. 67-77.
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